Los datos sí saben. Entre la primera semana de marzo y la segunda de julio han corrido, aproximadamente, 17 semanas. El número de casos Covid 19 en la Argentina, habría pasado de 76 a 102.000 y  la par, el número de muertos habría pasado de 10 a 1.859[i].

Así las cosas, la tasa de crecimiento semanal del número de casos en este período 52,5%,  mientras que la del número de muertes, sería del 73,6%.

Ello significaría para la Argentina que: a. los datos advertirían el «disparo» del número de muertes[ii]; b. la velocidad de muertes sería 1,4 veces mayor que la de contagios; c. el cierto desparpajo con que gobiernan Fernández y Kiciloff desconoce el tormentoso panorama de los datos; d. este desparpajo desvirtuaría la idea de que esos gobernantes están trabajando por “la defensa de la vida” de los argentinos; y e. Que el papel de la “carne de la hamburguesa” que ha aceptado Larreta para hacer algo mejor en la CBA, arriesgaría perderse, también políticamente, víctima de las improvisaciones de los gobiernos central y provincial.

 

 Argentina, Colombia y Estados Unidos. Si observamos la situación argentina comparada con estos otros países, los datos ofrecen el siguiente panorama:

 

 Evolución del Covid – 19 (Argentina/Colombia / EUA) (marzo-julio 2020)[iii]

 

La comparación de cada relación nacional Muertes/Casos (M/C), permitiría inferir que: a. la Argentina tiene la peor relación M/C con 1,4 muertos por cada contagiado; b. Paradójicamente, Estados Unidos es el de menos relación M/C con 0.93 muertos por contagiado; c. Colombia se encuentra en medio, muy cerca de la relación estadounidense

 

Comparación de los sistemas de salud. Empíricamente hablando, esta data mostraría que, si aceptamos una baja relación M/C como señal de la fortaleza del respectivo sistema de salud, el rango de los tres países sería, en su orden: Estados Unidos, Colombia y Argentina.

La velocidad del contagio y su paralelismo con la velocidad de la autoinmunidad[iv][iv]. Según conceptos de algunos especialistas, el nivel de contagio (en este caso, la velocidad) tendría, como aspecto positivo, el crecimiento aparejado de la autoinmunidad[v].

Con base en este indicador, la Argentina mostraría ventajas sobre Estados Unidos y Colombia. Como se tardó en establecer confinamientos totales durante los primeros meses, esa tardanza habría contribuido a crear importante autoinmunidad en la población.

Pero el dato de muertes contradice esa posibilidad. Porque siendo el argentino el peor indicador (M/C), podría inferirse que la autoinmunidad tampoco se haya sembrado en la población como podría esperarse.

¿La defensa de la vida?  Como lo sugerimos al comienzo, si en verdad el propósito de los gobernantes para administrar ligeramente el Covid 19 fuera la que llaman “defensa de la vida”, los datos observados en la Argentina por sobre los otros dos países no demostrarían que se estuviera alcanzando ese objetivo.

Y, de paso, los datos confirmarían que los gobernantes siguen protegiendo primero que todo al sistema de salud y no a la población porque, asumen que protegiendo al sistema blindan sus campañas políticas mientras afirman proteger a la población.

El ataque a la productividad social. Al tiempo que los gobernantes dicen defender la vida pero la gente se muere a estas velocidades en Argentina, estarían obligando inútilmente a la población también a limitar sus actividades productivas agudizando un paro que, peor, puede agravar la recesión crónica y profundizar el hambre, el desempleo y el descontento social[vi]].

El Covid 19 está castigando a los populistas. El caso más patético es el de Trump. Cuidando su reelección mediante la difusión de burlescos ante la pandemia y, por otro lado, promoviendo aperturas económicas irresponsables, amenaza con quedarse con el pecado y sin el género: muertes y empobrecimiento.

Buscando defenderse políticamente,  la política está castigando a Trump. Los datos también prueban que entre febrero y junio la diferencia de Biden sobre Trump habría pasado desde cuatro (4) hacia cerca de los diez (10) puntos[vii]

Como los gobernantes suelen mentir, la población no les obedece. ¿Por qué razón creerles a gobernantes mentirosos ahora que dicen “salvarnos”? Esta lógica camina por las calles, sobre todo de las barriadas pobres.

Hartos de promesas electoreras, los pobres de las villas del conurbano bonaerense se lanzan a las calles porque las verdades de los políticos siempre han sido falsas.

Los politiqueros pagan ahora el precio de tantas décadas propagando mentiras. ¡Y se preguntan por qué nadie les obedece!

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[i] https://paho-covid19-response-who.hub.arcgis.com/pages/paho-argentina-covid-19-response. Cálculos del blog sobre la base de un lapso de 17 semanas. Los datos de la PAHO no hablan de “contagios” sino de “casos”.

[iii] https://paho-covid19-response-who.hub.arcgis.com/pages/paho-argentina-covid-19-response

https://paho-covid19-response-who.hub.arcgis.com/pages/paho-colombia-covid-19-response

https://paho-covid19-response-who.hub.arcgis.com/pages/paho-united-states-of-america-covid-19-response

Consultas de julio 14 y 15 2020

[iv] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/mas-contagiados-haya-mejor

Abril 10 2020

[v] Sarrazin, JP. (2020) “El gran encierro y los usos políticos del cientificismo”. Medellín: Universidad de Antioquia. Capítulo de libro en proceso de edición.

[vi] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/confinamiento-produjo-paro-una-recesion

junio 16 2020

[vii] https://projects.fivethirtyeight.com/polls/president-general/national/ Consulta de Julio 15 2020