Por BERNARDO CONGOTE*

 

Espectáculo deprimente.

Una masa de bípedos actuando como cuadrúpedos.

Y, como toda masa, controlada por un amo vociferante.

Un amo femenino.

Una masa que asiste al lanzamiento de un libro que no ha sido escrito por su autora.

Una masa que, al estilo de las mejores ovejas emite, al unísono, balidos.

Una masa que, contada por decenas, se convierte en una esperanza para la Argentina: ¡son muy pocos!

Una masa que está cambiando una iglesia pésima, por otra peor.

Una iglesia soberbia, por otra paranoica.

Una iglesia violenta, por otra suicida.

Una iglesia rica, por otra vulgarmente rica.

Y ahora tiene evangelio.

Como todos los evangelios, disfrazado de bondad.

Como todos los evangelios, escrito anónimamente.

Un evangelio de la sinceridad para ratificar mentiras.

Un evangelio de la transparencia para ocultar verdades.

Un evangelio que defiende a los pobres, sentada su profetisa sobre bancos de oro (¡y dólares!)

Un rebaño que mientras pasa hambre en las villas, su pastora guarda tesoros en Manhattan mientras protege a sus hijos entre La Habana y Caracas.

Mientras Argentina pide créditos por doquier, el contador de la pastora acaba de revelar que ellos no robaron algo.

Ellos sólo cobraban comisiones por sus grandes ejecutorias en beneficio… ¡de sí mismos!

¿A quiénes les cobraron comisiones? A los del rebaño que pagaban impuestos

El rebaño aplaude al verdugo que le cortará la cabeza.

Y acude en masa a su propio asesinato.

¡Deprimente!

¡Alentador!

*Politólogo, Economista y profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la FYL y autor de La iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)

11 de Mayo de 2019

BERNARDO CONGOTE

Organización Colombia Amada 
25 años 
Gotas de agua corriendo por entre una roca fracturada