*Bernardo Congote

Las PASO resultaron benéficas. Lograron dimensionar la profundidad del abismo argentino. El pasado mayo preguntábamos: ¿Qué ocurre cuando una narcisa destructiva planea mantener a millares, buena y distraídamente, en el fondo del abismo? ¿Qué ocurre cuando, como se hace en la Argentina, esos miles llaman precipicio a la cima e inversamente?.[i]¡Ocurren las PASO!

Macri se equivocó prometiendo en cuatro años una Argentina fantástica. Cristina se equivocó confundiendo la prosperidad de sus bolsillos con la de los argentinos.

El abismo argentino es populista por donde se le mire. Sólo que admite grados. El populismo K no tiene límites. Para ellos, la basura es un tesoro susceptible de ser reciclable, lo que no es del todo falso. Sólo que hay otros que aspiran a que, luego de producir riqueza, haya basura reciclable.

¿Por qué hay populistas por doquiera en la Argentina? ¿Por qué lo patrocinan aburguesados sindicalistas? ¿Los empleados del Estado? ¿Los empresarios que coimean con los sindicalistas? ¿Los sirvientes locales de los palacetes vaticanos? ¿Por amor a los pobres? ¡Nunca! Lo hacen por miedo a perder sus privilegios.

Los que ya han logrado comerse parte de la torta, no admiten que los que vienen empujando les disputen sus falsos honores. El populismo parte de una premisa falsa: <<lo que yo gano es algo que alguien pierde>>. Si el intercambio agotara, como temen los populistas, el mundo estaría atascado en el trueque.

El trabajador no se empobrece hasta agotarse ni el empresario se enriquece infinitamente. Cuando el trabajador se alimenta y capacita, se fortalece. Cuando el empresario reinvierte en pagarle al trabajador éste gana capacidad; cuando reinvierte en mantener sus equipos (éstos garantizan producción); y cuando reinvierte pagando impuestos (éstos le facilitan al Estado producir infraestructura).

Siendo esta la ruta de salida M, la del populismo K no es ruta alguna. No se necesita programa alguno para mantener a un país en la miseria. Al pueblo se le puede exterminar por el hambre. No es otro el programa de gobierno K-K ¡Perdón! F-F.

El abismo K sueña con distribuir… lo inexistente. Recortar la supervivencia del trabajador (salarios reales cada vez menores). Bloquear el crecimiento de las empresas (cierre de empresas). Y disminuir la capacidad de tributar (endeuda al Estado; disminuye el bienestar colectivo; induce a la devaluación; aumenta el riesgo país).

¡Nunca el abismo M alcanzó a ser <<neoliberal>>! (¡Ojalá!) Entre 2015-2019, Cambiemos se empeñó: a. En ignorar voluntariamente el desangre K; b. En barrer la basura K en silencio; c. En buscar recursos para salir del abismo; d. En traerlos para mantener “flotado” el dólar; e. En aplacar a la masa limosnera con Planes Sociales. f. En sostener los ñoquis estatales ¡¿Cuál neoliberalismo?!

La diferencia entre ambos abismos es que el K pretende sanar llevando al paciente al infarto. Y del infarto a la muerte colectiva. La crisis populista arrastrada por décadas no tiene cómo reclamar ganancia a la del robo delictuoso al Estado.

La consigna K es una sola: ¡huyamos hacia el enemigo! Una vez de regreso, los K <<vienen por todo>>. Se apropian de todos los bienes públicos porque, dicen, <<le están haciendo un bien a la sociedad>>. Así lo declaró Manzanares, el contador K:<<Ellos no roban. Sus amigos se quedan con los contratos, no hacen obra alguna y cobran una comisión>> (¡!))

Fernández Díaz recuerda una perversa asociación entre <<marxistas>> y <<peronistas>>. Una frase del ideólogo Hernández Arregui rezaba: <<Porque soy marxista es que soy peronista>>[ii]. Falacia inmensa. Porque fue Marx el que desnudó la esencia creadora de valor por parte del trabajo. Perón apenas habría copiado del fascismo italiano, la idea de que el trabajador se salva ¡SIN TRABAJAR!

Nadie menos <<marxista<< que el peronista. Nadie menos opuesto a la dinámica social creadora que el que se banca en la idea de que una sociedad se salva entre menos trabaje.

 

[ii]<<La matriz ideológica del plan kirchnerista>>. La Nación, 30 de junio 2019.

 

*El autor es miembro del Consejo Internacional de la Fundación, profesor universitario colombiano, y autor del libro: La iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)

 

Agosto 2019