Bernardo Congote

El pasado enero, los números dijeron que 6-7 / 4-6 / 4-6, Diego perdió contra O´Connell en el Australian Open. Pero lo que observamos en la cancha fue algo peor.

“Diego contra las cuerdas” fue una de las últimas frases de un comentarista de ESPN cuando Diego llegó a estar 4-5 en el tercer set.

Diego tiró la toalla mentalmente. Se había hecho un auto nock out en el primer set ganando 5-4 para terminar perdiendo en el tie brake. Lo demás fue la historia de una muerte anunciada.

“Desanimado”, “Perdido”, “Entregado”, “Sin norte”, fueron los adjetivos que se ganó Diego en los tres set para abandonar Australia.

¿Acaso no son estas las mismas señales que se sienten en la Argentina por estas calendas?

Un ciudadano comentando en Clarín sobre la suba del dólar blue, preguntó: “¿Hasta cuándo?” Y otro le respondió: “hasta que la Argentina decida salirse del abismo”. (Porque, valga aclararlo: ¡ya está adentro del abismo!)

Locura, dicen bien algunos, consiste en hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Desde la salida de Alfonsín, la Argentina contabilizaría más de 40 años haciendo lo mismo: caminando hacia el abismo (Sin mencionar que el hueco comenzó a cavarlo desde comienzos del siglo XX).

El precio del dólar en pesos es el termómetro del alma argentina (porque decidió hace mucho dejar de confiar en su propia moneda).

Por ello mientras más por debajo están los ánimos, habrá que sacar más pesos del bolsillo para comprar un dólar. No debería producir alarma escuchar de algunos estudiosos cuando lo pronostican alrededor de los PEA 400.

¿Por qué?

  • Mientras la Argentina siga castigando las exportaciones.
  • Mientras siga bloqueando el acceso de dólares a los importadores.
  • Mientras siga pagando planes sociales con los impuestos que pagan empresas y trabajadores.
  • Mientras el gobierno lance arengas para “comprar lo nacional” ¡más caro y de menor calidad!.
  • Mientras el Ejecutivo se lance a mordiscos (y con patotas) contra la Corte Suprema.
  • Mientras la Vicepresidente critique al FMI al tiempo que sus ministros acaban de negociar con él.
  • Mientras la Vicepresidente considere un éxito ser sobreseída sospechosamente en sus numerosas causas corruptas.
  • Mientras la Argentina no sea capaz de CUMPLIR con el plan de auto rescate ante el FMI.
  • Mientras la Argentina siga burlando las reglas de juego con casi todos sus acreedores.
  • Mientras el campo argentino siga arrodillado ante los atropellos de la Casa Rosada.
  • Mientras en la Argentina sea más popular pedir ayudas que TRABAJAR.

Mientras tanto, el precio del dólar seguirá subiendo (como hizo O´Connell en Australia) y, a su lado, seguirá subiendo el Riesgo País (RP).

1800 puntos es ahora aproximadamente el RP argentino. Ello significaría que para que la Argentina obtenga un crédito externo, si lo logra debe pagarlo en dólares al 18% anual. ¿Cómo endeudarse -sin que pase algo- al 18% si la Argentina crece al 11%? (Estimado del año 2021 sin restarle el rebote del Covid y las realidades con el FMI).

¿Quiénes pagan esta diferencia? ¡Los villeros que tienen pesos en el rancho! ¡Que son los mismos que votan a la secta K! (Porque las clase media y alta logran ahorrar en dólares).

Obsérvese, por ejemplo, que el RP chileno, oscila este año por los 89 puntos (tasa de pago para créditos del 0.89% anual). O sea que los chilenos pagan por sus créditos la veinteava parte (1/20) de lo que pagan los argentinos.

¿Cómo explicar que una cordillera de por medio, dos países sean, el uno tan próspero hacia oriente y el otro tan pobre hacia occidente?

Por las reglas de juego imperantes. Porque Chile supera sus conflictos reformando pacíficamente su Constitución; porque Chile exporta el 50% de sus productos al Asia; porque en Chile se respetan las autonomías del Estado (Justicia – Legislativo – Ejecutivo). Porque en Chile exportar es ganar.

Se preguntará Ud. ¿por qué no hablamos de una inflación oscilando en el 50% (aunque otros cálculos la llevan al 80% anual)?.

Hagámoslo. Mientras el riesgo país mide los costos en el mediano plazo para el país, la inflación es el costo que cada argentino paga DIARIAMENTE por las repetidas torpezas de sus gobernantes (y las de quienes los eligen).

La inflación se paga en el mercado, en el transporte, en la salud, en la educación. Día tras día. El camino hacia el abismo se recorre día tras día. Y es el mismo camino que recorre el gobierno llevándose en las narices a los pobres. Día tras día se pone contra las cuerdas.

Pero la inflación es sólo el termómetro. La enfermedad está en el paciente.

Lo mismo que hizo Diego Schwartzman en Australia, la nación argentina está cada vez más contra sus propias cuerdas… que sólo la separan del fondo.

Febrero 2022