* Bernardo Congote

Los huracanes llegan cálidos y húmedos, pero, cuando se van, se llevan la casa y el auto. Si los ciudadanos así lo votan en octubre, este puede ser el destino de la Argentina. La campaña posterior a las PASO, ha estado marcada por los múltiples intentos de Alberto por aparecer cálido y húmedo. Pero amenaza llevarse la casa y el auto.

Si ello no bastara, la facción cristinista no ha ahorrado esfuerzo por  regresar también para llevarse la casa y el auto. En cada evento de Cristina no puede ocultar sus pesadillas venezolanas. Por supuesto que no lo son para ella. Su narcisismo destructivo le impide ver, oir, pensar… Y peor. Cada palabra que vomita su séquito, desde Grabois para arriba, sólo anuncia propósitos devastadores.

¿Argentina quiere seguir privatizando los robos y nacionalizando las pérdidas? Este sería uno de los primeros resultados del huracán cuando propone “vaciar las cárceles”. Como el cristinismo no ha robado, sino que, en palabras emitidas por Manzanares, les ha cobrado a los argentinos “una comisión”, hay que  prepararse para seguir pagando más impuestos para que se los robe el kirchnerismo y, peor, para que las obras contratadas nunca se ejecuten. (En suma, nuevos y más ricos Lázaro Báez comisionando).

¿La Argentina puede vivir pagando planes sociales? Pues este es otro de los mandatos de los voraces aspirantes. Explicativo además del origen de la fuerza destructora del huracán. Mientras los planes sociales sean indefinidos, no habrá poder humano alguno que logre hacer que el argentino pobre, trabaje dignamente y se zafe de la pobreza.

¿Y la Iglesia argentina sobrevivirá patrocinando al huracán K? Sí. Debido a que se mantiene escondida, tirando la piedra y escondiendo la mano, es dueña del perverso ardid que le permite, después de cada desastre, salir como las hienas a alimentarse de los desperdicios. Ese es el significado de su llamada “protección de los pobres”. Cada experimento populista sólo produce más pobres, luego del cual, ella sale los domingos a recoger las limosnas con las que los miserables le pagan una silla en el vuelo que los llevará ”hacia el cielo”.

¿Es sostenible que el Estado sea el gran empleador argentino? Mientras en la Argentina el Estado dedique buena parte de sus impuestos a mantener ñoquis en las oficinas públicas, todo se irá al fondo. Porque por un lado, logrará que el argentino laborioso entienda que es mejor estar desempleado y, por el otro, que pague cada vez menos impuestos obligando al Estado a endeudarse más y más para pagar la nómina de más y más parásitos.

¿Se pueden recibir servicios públicos de calidad y permanentes sin pagarlos? Esta es la otra versión del huracán que amenaza llegar este octubre. Habiendo dejado las redes eléctricas sin mantenimiento adecuado (muy al estilo chavomadurista); las cloacas sin cobertura adecuada; los acueductos sin recursos para expandirse; y las telecomunicaciones a niveles del siglo XX, los artistas de la mentira K proponen que la Argentina tendrá todos los servicios con tarifas bajas. (Algo que no lograron a partir del 2002).

¿Se puede vivir endeudado eternamente y sin pagar las deudas? Refinanciar, reprogramar o canjear deuda, es el artificio argentino preferido. Sólo que el resto del mundo ya le tomó el pulso. Los países prestadores, cuyos ahorros están depositados en el Fondo Monetario Internacional, no le van a seguir prestando a la Argentina para que la camarilla kirchnerista descanse el verano en Mar del Plata y el invierno en los hostales de Cristina.

Y si la farsa quiere alimentarse con la imprenta de pesos argentinos, mientras más pesos se impriman los precios subirán más que proporcionalmente y, por tanto, cada vez habrá que imprimir más para lograr, solamente, que los precios suban y suban hasta la escasez total de mercancías. (Y veremos a millares argentinos caminando con bultos de billetes por las calles buscando estanterías vacías).

También los huracanados proponen que la Argentina puede seguir generando dólares exportando casi nada y convirtiéndolos en pesos que compiten con los de la imprenta del Banco Central. Imposible. Mientras la inflación interna eleva los costos de las exportaciones, Argentina exportará cada vez menos. De modo que la ruinosa competencia entre dólar y peso, terminará, a la venezolana. 

¿Los empresarios, los sindicalistas, los políticos pueden seguirle pidiendo a la Argentina, siempre y cuando la Argentina no les pida a ellos? Falso. Los empresarios no pueden seguir elevando sus costos pagando coimas; los transportadores, no pueden seguir cobran más por el transporte al tiempo que reciben coimas; y los políticos tampoco subsistirán porque cada vez menos empresarios y sindicalistas aportarán para mantenerlos holgando en Diputados. Pedir sin dar, es otra versión huracanada del ruinoso populismo.

¿Y los ciudadanos argentinos podrán sobrevivir pidiéndole ayuda al Estado? Pero ¿a cuál Estado? ¿A uno quebrado porque no recibe impuestos? ¿A uno sin recursos para construir una sola obra? ¿A uno consumido por dos millones de ñoquis? ¿A uno atrapado en la sin salida de los planes sociales indefinidos? ¿A uno incapaz de promover una Argentina productiva y trabajadora?

Hace unos días Pichetto anunció que quienes tengan dos apartamentos, han de prepararse para entregarle uno al Estado kirchnerista. Falso. Los huracanes cristinistas no tienen hígados. Se llevarán todo. Los dos apartamentos. Los tres autos. Todos los salarios. Todos los impuestos. Todas las inversiones.Y entonces, pronto se trasladarán a vivir a Manhattan, mientras los argentinos acampan en Plaza de Mayo calentando ollas vacías con fuego de madera.

 Ojo ¡El huracán viene por todo!

Congótica. En un pueblo desértico, dos campesinos están tirados en el piso de la plaza. Y uno de ellos le pregunta al otro: ¿vos sabés qué sirve contra la mordedura de culebra? No. (Le responde el otro y preguntándole): ¿Por qué? Porque ahí viene una.

Poulantziana. “La Alemania de Hitler corre hacia una catástrofe económica … inevitable. La calma momentánea después de la victoria del fascismo no es más que un fenómeno pasajero. La marea revolucionaria subirá ineluctablemente en Alemania…” (Poulantzas, N. Dictadura y Fascismo (1983). México: Siglo XXI, p. 45)

*Bernardo Congote es Profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina) y también escribe en El Espectador de Colombia el blog http://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote