*Por Daniel Ruiz Tovar

La humanidad desde sus inicios ha estado tras la búsqueda de inventos que faciliten las labores cotidianas, maquinarias que faciliten el trabajo, herramientas que mejoren la velocidad de procesamiento de datos a niveles inimaginables para las mentes humanas, realmente es una carrera tecnológica que iniciamos para crear tecnología que nos supere a nosotros mismos.

Es una apreciación inequívoca sostener que la creación y aplicación de nuevas tecnologías funge como un papel indispensable para las personas, sociedades y países, actualmente bajo esta premisa se ha logrado un incalculable avance en todos los aspectos cotidianos, desde la comunicación interpersonal hasta la producción de bienes y servicios, mejorando considerablemente la calidad de vida de los ciudadanos que la utilicen o que reciban bienes y servicios generados o relacionados de alguna forma con la tecnología.

Se podría inferir entonces que la creación de nuevas tecnologías (en todos los ámbitos) simboliza una herramienta para mejorar la calidad vida de cada una de las personas que hacen uso de ellas, ¿pero realmente la tecnología y los avances están siendo usados por todos los ciudadanos?  Y finalmente, ¿quiénes tienen acceso a estas nuevas tecnologías o avances tecnológicos lo están realizando de la mejor manera posible?

La realidad es que las herramientas tecnológicas cualesquiera que sean han modificado la forma de vida de todas las personas en el mundo, por dar un ejemplo; hoy podemos leer un artículo en línea a través de estos mecanismos, pero no todo el mundo puede hacerlo, al respecto el científico en computación Sir Tim Berners-Lee enfatizó en el 2017 que “imaginaba la web como una plataforma abierta que permitiría a todas las personas, en todas partes compartir información, tener acceso a oportunidades y colaborar más allá de límites geográficos y culturales” sin embargo, también comentó que “más de la mitad de la población mundial aún no puede conectarse a Internet”

Lo expuesto pareciera una cifra de hace muchos años atrás pero no, solo fue hace un par de años y lamentablemente para el 2019 las cifras no han tenido mayor cambio.

Por otra parte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un articulo escrito por Irmgard Nübler, economista principal de la OIT,  en el cual se muestra la preocupación dada la incertidumbre con respecto al futuro de los trabajos, específicamente relacionado al involucramiento de nuevas tecnologías que configuran cambios constantes en los empleos.

Desde un punto de vista se observa como la aplicación de nuevas tecnologías genera mejoras en las condiciones salariales de los trabajadores y una mejor y mayor producción de los bienes y servicios, no obstante, desde la otra perspectiva la implementación de nuevas y avanzadas tecnologías ocasiona un problema para los trabajadores, pues suelen disminuir la cantidad de trabajadores para que sean reemplazados por maquinaria que realice siendo un recurso para la disminución del índice de empleo de cualquier nación o región.

En definitiva, la adquisición de nuevas formas de tecnología y nuevas dimensiones en la forma de trabajo nos coloca frente a un escenario de nueva incertidumbre, ¿serán los trabajadores los mas afectados perdiendo sus empleos a largo plazo? O por el contrario ‘¿serán los más beneficiados al encontrar condiciones mucho mejores en su faceta laboral?

Seguramente aun es muy temprano para dar respuesta a estas interrogantes, pero es evidente que la incertidumbre vuelve a manejar otra rama de nuestra vida y mientras la mitad de la población aun no tiene la oportunidad de ingresar a internet, parte de la otra mitad se encuentra frente al temor de que el internet, las nuevas tecnologías y la emergente dinámica de trabajo les arrebate sus trabajos.

A partir de aquí todo dependerá del uso que nosotros como ciudadanos y como sociedades le damos a las herramientas que nosotros mismos construimos, pareciera que la brecha de desigualdad no se reduce, que los “esfuerzos” por reducirlas han sido insatisfactorios y que debemos empezar a revisar aun mas los medios y fines de los organismos destinados a garantizar mejor calidad de vida. Mientas eso ocurre seguimos observando como la generación de conocimiento que fue destinada a mejorar la vida de los ciudadanos se está desviando a generar mayor desigualdad social y económica entre ellos.

“Se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología ha superado nuestra humanidad”

Albert Einstein

Daniel Ruiz Tovar

Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas – Mención Politología de la Universidad Central de Venezuela. Locutor, Diplomado en Innovación Política. Miembro de la Fundación Federalismo y Libertad – Venezuela.

Desde Barcelona Estado Anzoátegui, Capital Americana de la Cultura 2018.

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