La Fundación Federalismo y Libertad, señaló en referencia a los aumentos en los precios en Argentina que “en los últimos meses se produjo una importante aceleración en la evolución de los precios, con un acumulado desde diciembre de 2015 hasta abril de 2016 de un 17% a nivel general. Esto incluye el efecto del sinceramiento del precio del dólar,  con un incremento del valor oficial de casi un 50% entre diciembre y mayo,  y del ordenamiento de las tarifas de gas y electricidad, con aumentos en algunos casos superiores al 100%”.

Es bastante conocido por las experiencias pasadas en nuestro país, que cuando en un mercado los precios están regulados con valores por debajo del equilibrio, las empresas producen menos cantidad que la demandada por los consumidores. En ese caso, o se produce escasez o se subsidia los costos de producción. Cuando los escenarios políticos generados por los votantes cambian y se pretenden arreglar los desequilibrios, los procesos son costosos en términos económicos y dolorosos desde lo social. Que esperábamos que pase después de liquidarnos a precios de remate la energía nacional durante varias décadas, sino unos profundos y dolorosos cambios. Estamos pagando ese despilfarro y el aumento del 30% en el precio de los combustibles son parte del combo.

Dicho esto, tenemos que mirar para adelante y corregir enormes distorsiones en los mercados de combustibles. Nos podríamos preguntar por qué en EEUU el litro de nafta super cuesta unos  0,70 u$s  y en Argentina 1,30 u$s. La respuesta podríamos buscarla mirando dos características esenciales que diferencian a ambos mercados: la competencia y los impuestos.

El precio de los combustibles en los EEUU surgen de la competencia entre varias refinerías que adquieren petróleo en mercados libres a valores internacionales, ya sea que el crudo este a 100 u$ el barril o a 40 u$s, impactando en el precio que los consumidores pagan en el surtidor. Por nuestro lado, el sector energético nacional esta intervenido por el estado, con precios controlados y sin apertura a los mercados internacionales. Además, existe una empresa que domina el mercado (YPF) e influye en la determinación del precio de los combustibles, tanto en el pasado cuando fue privada como en su presente estatal. Nuestra política energética debería fomentar el libre comercio, principio establecido en nuestra Constitución, fundamental para el desarrollo del país.

Otra diferencia es la carga impositiva que en EEUU es un 19% sobre el precio de los combustibles entre impuestos federales y estaduales. En nuestro país la carga impositiva supera ampliamente el 50% del precio de surtidor, siendo solo el IVA el 21%. Los impuestos generan distorsiones en los precios relativos y altos impuestos distorsionan aún más. Un ejemplo, altos impuestos en combustibles generan una carga impositiva directa en los servicios de transporte que impactan directamente en los fletes. Por supuesto, que esto impacta en la competitividad de las economías regionales y en todos los productos que necesiten ser transportados.

En conclusión, para mantener el actual esquema de mercado, los aumentos de los combustibles parecen ser una consecuencia inevitable. Pero mirando hacia adelante, para contar con disponibilidad energética a precios competitivos, se necesitan profundos cambios en la estructura del mercado energético alentando la competencia libre y abierta al mundo, con una menor carga impositiva.

La pregunta del millón es si los argentinos, como sociedad, nos animaremos a dos cosas. A la libertad, estando dispuestos a fomentar la libertad de comercio y que los precios fluctúen pagando más cuando el barril de crudo este a 100 u$s y menos cuando baje. A menos estado, bajando los impuestos para financiarlo. De esta manera, tendremos un mercado energético libres sin intervención y sin monopolios que controlen y generan periódicamente costosos desequilibrios que pagamos todos los argentinos.

 

Artículo de opinión escrito por Clemente Babot Eraña, economista, miembro de la Comisión de Políticas Publicas de  la Fundación Federalismo y Libertad.

 

Fuente:http://info-poder.blogspot.com.ar/2016/05/la-argentina-necesita-cambios-profundos.html